INFORME COTEC

signos_H Encuesta de Percepción Social de la Innovación

Encuesta de percepción social de la innovación

La Encuesta de Percepción Social de la Innovación en España, realizada anualmente desde 2017, con la colaboración de Sigma Dos, busca medir la opinión de la ciudadanía sobre diferentes asuntos relacionados con la innovación, como el impacto de la tecnología en el empleo, la evolución del teletrabajo o la respuesta al fenómeno de la despoblación.

Esta sexta entrega cuenta con una muestra de 7.587 entrevistas (realizadas desde diciembre de 2022 a febrero de 2023), lo que permite desglosar resultados por territorio. La principal novedad es que incorpora una herramienta de visualización interactiva, que permite realizar todo tipo de combinaciones con los datos, así como consultar y comparar resultados por comunidad autónoma.

VI ENCUESTA DE PERCEPCIÓN SOCIAL DE LA INNOV…

 

El auge reciente de la Inteligencia Artificial (IA), acelerado con tecnologías emergentes, como ChatGPT, no parece asustar, por ahora, a los españoles. La mayoría de los ciudadanos (51%) confía en que la revolución tecnológica creará más empleo del que destruya. Y también son mayoría los que creen que la tecnología reducirá la duración de la jornada laboral (56%), mejorará la conciliación entre vida privada y laboral (53%) y reducirá la brecha de género en el empleo (53%).

Los 27 puntos porcentuales (p.p.) de diferencia entre los ciudadanos que creen que la tecnología reducirá las horas de trabajo (56%) y los que opinan que no traerá cambios significativos al respecto (29%) contrasta con el resultado de hace solo cuatro años, cuando la diferencia no llegaba a dos p.p.

Preguntados por la amenaza para el empleo que representan los robots, los algoritmos o la IA, las respuestas de los españoles encierran alguna sorpresa. Dos tercios (63%) de la población activa opinan que la mayoría de los puestos actuales serán sustituidos por máquinas en un plazo de 15 años, pero cuando se les interroga en particular por su propio trabajo, solo un 12% piensa que las tareas que desempeña podrán automatizarse.

AUTOCONFIANZA FRENTE A LOS ROBOTS

La autoconfianza frente a las máquinas varía mucho además en función del trabajo que se realiza. Creen más en que los robots y las máquinas de ningún modo podrán hacer su trabajo de aquí a 15 años quienes desempeñan empleos que implican tratar con personas (64%), que los que manejan máquinas (54%) o se dedican a procesar información (48%).

¿Y cómo nos estamos preparando para afrontar ese futuro mercado laboral automatizado? De nuevo surge una aparente contradicción. Son amplia mayoría los trabajadores que opinan que si bien la sociedad española no se está preparando bien para encarar ese futuro (70%), ellos sí lo están ya (61%).

Es preocupante, en todo caso, que un 34% de la población activa, cerca de siete millones de trabajadores, declare no sentirse capacitado para competir en un mercado laboral dominado por la tecnología. Esta percepción negativa está estrechamente ligada al nivel de estudios. Dicen no sentirse capacitados para ese futuro laboral el 61% de los que no tienen estudios, el 40% de quienes tienen estudios medios y el 22% de los que tienen estudios superiores.

También es mayor el pesimismo sobre las propias capacidades laborales tecnológicas entre las mujeres trabajadoras (39%) que entre sus compañeros (29%). Las mujeres, por cierto, también confían mucho menos que ellos en que la tecnología va a reducir la brecha laboral de género (39% frente al 48%).

La confianza en que el sistema educativo esté preparando bien a las futuras generaciones de trabajadores para ese mercado laboral dominado por la tecnología alcanza en la encuesta su mínimo histórico (15%), cinco puntos porcentuales menos que un año atrás.

LA INNOVACIÓN, EN POSITIVO

El 76% de los encuestados percibe la innovación como un fenómeno positivo. En cambio, la percepción de España como un país en la media de la UE en innovación ha caído 12 p.p. en cinco años (47% en 2022). La distancia entre los que ven bien a España en innovación y los que sitúan a su país en el furgón de cola europea ha caído desde 2017 de 26,2 p.p. a tan solo 2,6 p.p. (44% en 2022).

En solo tres años, marcados por la pandemia, entre 2019 y 2022, ha bajado también en 10 p.p. la percepción de las grandes empresas españolas como organizaciones innovadoras (38% en 2022). Ocho de cada 10 españoles ven también insuficiente la inversión pública española en I+D+I, un dato que se mantiene estable en el tiempo, si bien se disparan los que están “muy de acuerdo” con esto.

En cuanto al impacto de la innovación tecnológica, por primera vez desde 2018 se reduce la diferencia entre los que creen que el cambio tecnológico genera desigualdad social (51%) y los que no (29%).

EL AUGE DEL TELETRABAJO

El teletrabajo se disparó durante la pandemia (del 10% de la población ocupada en 2019 al 20% en 2020) y empezó a remitir después (18% en 2021, 15% en 2022), pero a raíz de los datos vino para quedarse y su techo está todavía lejos. Tres de cada cuatro personas que ya teletrabajaban antes de la pandemia ahora lo hacen con más intensidad. Además, resulta atractivo para quienes no lo practican. Dos de cada tres ocupados que no teletrabajan se sienten capacitadas para hacerlo y la mitad de este tipo de trabajadores cree que trabajar a distancia mejoraría la conciliación con su vida familiar. Son datos de la VI Encuesta de percepción social de la innovación en España, elaborada por Cotec y Sigma Dos y presentada ayer.

La encuesta refleja que el teletrabajo sienta mejor a los urbanitas. Al comparar las respuestas obtenidas en las ciudades de más de 500.000 habitantes con las de los municipios de menos de 10.000 aparecen diferencias notables. Las grandes ciudades acogen más del doble de teletrabajadores (superan el 20% en los municipios de más de 500.000 habitantes y no llegan al 10% en los de menos de 10.000), además de una proporción mayor de ocupados no teletrabajadores que se sienten listos para trabajar a distancia (74% frente a 58%) y que confían en que esto mejoraría su conciliación (56% frente a 41%).

Los teletrabajadores se muestran en la encuesta muy satisfechos con esta modalidad de empleo. Un 96% se siente capacitado para desempeñarse a distancia, un 83% dice que ha mejorado su conciliación personal y un 86% afirma que su productividad no ha disminuido. El derecho a la desconexión digital está más reconocido entre los teletrabajadores (65%) que entre los ocupados que no teletrabajan (53%). Solo un 38% del total de trabajadores ha visto que su empresa cambiara esta política recientemente.

Un 45% de la población ocupada tiene en su casa un espacio habilitado para el teletrabajo y la mitad de ellos lo ha organizado así en los dos últimos años. Entre los frenos al desarrollo del teletrabajo destaca el suspenso generalizado que ponen los españoles a los servicios electrónicos que prestan las Administraciones públicas. El 41% opina que es un servicio “insuficiente” y el 23% que es “muy malo”.

La encuesta recoge qué factores potencian el teletrabajo en distintos segmentos de población. El resultado retrata al teletrabajador medio como un profesional que se dedica a procesar información, con estudios superiores, ingresos altos, trabajador por cuenta ajena y que vive en una gran ciudad. En mucha menor medida influye la edad (predomina de 30 a 44 años) y el género (hombre).

MUNDO RURAL Y DESPOBLACIÓN

El 42% de los españoles considera que el fenómeno de la despoblación está siendo “completamente ignorado” por las administraciones públicas. A la hora de exigir responsabilidades para dinamizar el mundo rural, apuntan sobre todo a los gobiernos autonómicos (64%) y a los ayuntamientos (58%), por delante del gobierno central (44%), los grupos de acción local y las asociaciones vecinales (22%) y las empresas (17%) -la consulta pedía a los entrevistados que eligieran dos opciones entre las cinco propuestas-.

Los encuestados evaluaron las políticas de despoblación de las Administraciones en una escala del 1 al 5, donde 1 era “completamente ignorado” y 5 “se está afrontando con determinación”. La nota media fue de 2 puntos. El suspenso fue generalizado en toda España, no obstante, con diferencias entre territorios. La respuesta más crítica se dio en Castilla y León (1,76) y la menos disconforme en Baleares (2,10).

Esta visión crítica de la acción política contrasta, no obstante, con la propia percepción de los encuestados del fenómeno de la despoblación, que sitúan como la última de sus preocupaciones en una lista con nueve problemas de la actualidad. De mayor a menor, las principales preocupaciones de los españoles son la sanidad, la educación, el empleo, la investigación científica, la desigualdad social, la vivienda, la crisis climática, la situación política y, por último, la despoblación.

DESINTERÉS POR LA DESPOBLACIÓN

El desinterés por la despoblación tiene pocas excepciones si se analizan las respuestas por segmentos de población. Ocupa el sexto puesto entre las preocupaciones de quienes viven en poblaciones de menos de 2.000 habitantes o se dedican a la agricultura (en ambos casos la sitúan por delante de la vivienda, la crisis climática y la situación política). A los votantes de VOX les preocupa más que la desigualdad social y la crisis climática. Y a las personas de 30-44 años más que la situación política.

La despoblación es la última de las preocupaciones de los ciudadanos entre las nueve previstas en siete comunidades autónomas y la penúltima en ocho. Solo en Castilla y León y en Aragón la despoblación preocupa más que otros dos asuntos (en ambos casos, la crisis climática y la situación política).

PROBLEMAS DEL MUNDO RURAL

El acceso deficiente a servicios públicos, como sanidad, educación y transporte, es señalado por el 63% de los encuestados como uno de los principales problemas a los que se enfrente la población en el mundo rural (podían elegir dos opciones). Le siguen en relevancia la falta de oportunidades laborales (47%), el envejecimiento (43%), la brecha digital (26%), la vida cultural y la dificultad para hacer amigos o encontrar pareja (24%) y la escasez de vivienda (9%). Sorprende que esta población es muy transversal entre los distintos sectores de población, se identifican los mimos problemas y con la misma intensidad tanto en la ciudad como en el entorno rural.

Las mayores diferencias en cuanto a la percepción de los problemas de la España rural las encontramos en la brecha generacional, que además arroja algunas paradojas. El envejecimiento preocupa mucho más a los mayores de 65 años (50%) que a los llamados a habitar ese futuro envejecido, es decir, los menores de 29 (36%). Algo similar, pero en sentido contrario, ocurre con la brecha digital, que preocupa más a quienes menos la padecen (al 26% de los jóvenes y al 19% de los mayores).

Un 63% de los españoles considera que en los últimos cinco años ha crecido la visión del mundo rural como un entorno de posibilidades, si bien la mitad precisa que puede tratarse de una tendencia pasajera. La visión positiva del futuro del mundo rural es 10 puntos porcentuales mayor en grandes ciudades que en municipios pequeños (68% frente al 58%). Los trabajadores agrícolas son los menos optimistas (44% rechaza la mejoría). Los trabajadores de la construcción, los más optimistas (74% la percibe).

Por último, el 48% de los españoles confía en que la innovación tecnológica impulsará el desarrollo económico y social del entorno rural. La confianza es menor cuanto más pequeña es la población (baja al 40% en lugares de menos de 2.000 habitantes y sube al 52% en los que superan el millón).